Lo primero que te llama la atención al llegar a Iquitos es que la temperatura respecto a Lima es como 20ºC más alta, que tiene un tráfico muy parecido a Tailandia con sus motos, rickshaws, etc, y sobre todo su empanamiento. Supongo que debido al calor tienen todos el cerebro un poco derretido.
Pero Iquitos era la excusa, porque el objetivo real era la selva amazónica. Y allí que nos fuimos a desconectar del mundo que conocemos (no había ningún tipo de cobertura) y conectar con la naturaleza: con sus animales, con sus gentes, con sus plantas, con sus árboles, con sus sonidos de días, con sus sonidos de noche. Ya llegar fue una experiencia, puesto que nos hayamos en temporada seca, y tuvimos que andar una hora porque el bote no pasaba por una zona por falta de agua, ¡EN EL AMAZONAS!
Y una vez allí hemos hecho trekings con el barro por los tobillos, a machete (abriéndonos camino, literalmente), nocturno a la busca de caimanes, escorpiones, tarántulas, y todo bicho capaz de dejarte pajarito en un lapso de 2 horas, visitado a los yahuas y aprendiendo el ancestral arte de cazar con cerbatana, pescando en diferentes ríos desde sardinas a pirañas, incluso hemos tenido tiempo para descansar, puesto que por la noche teníamos por toda luz un quinqué, al no disponer de electricidad más que durante un par de horas al día que nos proporcionaba un generador para cargar cámaras y demás utensilios. Una aventura muy recomendable!!!
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