Su conocimiento del sol, las estrellas y su conexión con la naturaleza les llevaba a controlar con precisión todos los ciclos de las cosechas. Su conocimiento del terreno, les permitió construir edificios antisísmicos, sistemas de drenaje avanzado para la construcción de terrazas de cultivo para evitar los derrumbes y la erosión del terreno.
Las más de 500 terrazas de Pisaq representan la adaptación al medio, optimizando las condiciones extremas con las que contaban. La fortaleza de Ollantaytambo con su forma de puma es un claro ejemplo de la arquitectura simbólica inca, evidentemente con el permiso del Machu Picchu, pero esa es otra historia ;-).
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