Puno es parada obligatoria para todos aquellos que quieran visitar el Lago Titicaca y las ilustres comunidades que allí habitan en islas naturales, o como los Uros, en islas flotantes. Pero el tema que nos ocupa ahora es la oratoria. Asignatura que todos los peruanos estudian desde bien pequeños. Así pasa luego, que cualquiera de ellos llega a España y parece licenciado incluso si no es el caso, pues son capaces de expresarse en público sin rubor y transmitiendo veracidad en todo lo que dicen.
Y lo hemos comprobado en riguroso directo en una de las plazas más concurridas de esta villa. Uno a uno, un grupo de unos 40 niñ@s de unos 8 años se subía a los pies del obelisco central de la plaza para declamar, con más o menos soltura algo así como:
"Yo soy el mejor orador de Puno,
y estoy aquí para enseñarles cómo se habla"
Como no puede ser de otra manera, el profesor de las criaturas tuvo a bien sacar a varias personas del público, y la primera de ellas, un servidor. Y allí que me lancé. Claro que, después de cascar durante horas sin decir nada en la TV, esto fue un juego de niños, y con ovación incluida.
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